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 ELECCIONES EUROPEAS 7 DE JUNIO DEL 2009

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Sulo
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Sulo


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MensajeTema: ELECCIONES EUROPEAS 7 DE JUNIO DEL 2009   ELECCIONES EUROPEAS 7 DE JUNIO DEL 2009 I_icon_minitimeLun 25 Mayo - 16:48

ELECCIONES EUROPEAS
7 DE JUNIO DE 2009



Rompe las cadenas
Frente a la Europa del Capital y la Guerra
Vota PCPE



PRESENTACIÓN

La Unión Europea es un instrumento de la oligarquía en beneficio del capital.

Lo que hoy conocemos como Unión Europea es el resultado de un proceso iniciado hace ya más de cincuenta años por los dirigentes de las economías más importantes de la Europa capitalista.

Al finalizar la II Guerra Mundial, con una Europa devastada tras la guerra contra el nazifascismo, los sectores oligárquicos de Europa Occidental decidieron poner en marcha un proceso de unificación de mercados; lo que inicialmente era una la eliminación de las restricciones al comercio de carbón, acero y energía atómica entre los países miembros, fue ampliándose hasta convertirse en la apertura de mercados a todos los ámbitos de la economía tal y como la conocemos hoy, comprendiendo el libre tránsito de trabajadores, capitales, mercancías y servicios.

Con la antigua CEE y la actual Unión Europea, el capital monopolista europeo ha hallado la vía para expandirse sin trabas, ha logrado la eliminación de las barreras económicas entre los estados miembro y ha desarrollado un alto grado de concentración con veleidades imperialistas. Gracias a la Unión Europea el capitalismo europeo ha superado las barreras estatales, las ha desbordado y comienza a configurar un bloque imperialista con intereses propios en la escena internacional.

Con la Unión Europea, el capitalismo monopolista europeo ha logrado encadenar a los trabajadores y los pueblos de Europa, planteándonos que no hay más alternativa que esas cadenas, que no hay futuro ni posibilidad de desarrollo si no es dentro de la UE y como quiere la UE.


La Unión Europea es un instrumento de la oligarquía contra los trabajadores y los sectores populares.

La Unión Europea es un mecanismo genuinamente capitalista. La unificación de mercados, la eliminación de trabas comerciales, la moneda única, el sistema bancario unificado, todas ellas constituyen un entramado burocrático cuyos principales beneficiarios son las grandes empresas y las multinacionales que han visto cómo sus posibilidades de negocio se ampliaban enormemente.

Al mismo tiempo, los grandes capitalistas han encontrado en la entrada de los antiguos países socialistas del este la gran oportunidad de paliar los elevados costes salariales que agravan la tendencia decreciente de la tasa de ganancia que sufre el capitalismo. La competitiva y cualificada fuerza de trabajo existente en esos países, herencia del socialismo, es hoy utilizada por los capitalistas europeos para rebajar los derechos salariales y laborales de la clase trabjadora de los países de Europa Occidental.

La UE ataca sin piedad los restos del denominado estado del bienestar, creado como contrapeso capitalista frente al empuje del ejemplo socialista de Europa central y oriental en la segunda mitad del siglo XX. Gran parte de las conquistas históricas del movimiento obrero, tales como la educación y la sanidad públicas, gratuitas y universales, los sistemas públicos de pensiones, así como un amplio abanico de servicios sociales, están hoy en el punto de mira de la Unión Europea para su completa mercantilización y privatización. La voracidad del capital y sus gestores de Bruselas y el resto de capitales europeas puede con todo, y utiliza todos los mecanismos a su alcance, incluyendo la mentira, la manipulación y la compra de voluntades en los ámbitos políticos, sindicales, culturales y periodísticos.

La Unión Europea a día de hoy tiene un gran objetivo, convertirse en la zona económica más competitiva del mundo, y para ello necesita fundamentalmente dos cosas: rebajar las condiciones salariales globales de los trabajadores y no tener ninguna esfera económica al margen de la competencia capitalista. Los grandes perdedores seremos, pues, los trabajadores y trabajadoras.


La Unión Europea es el instrumento de la oligarquía contra la soberanía de los pueblos.

A medida que se ha ido profundizando en el proceso de construcción de la UE, los estados miembros han ido abandonando una tras otra las competencias que formalmente mantenían para poder organizar hasta cierto punto su economía y su modelo de desarrollo. Las cadenas de la Unión Europea han ido estrechándose cada vez más. La progresiva concentración de las instancias de decisión en las instituciones europeas se torna en una incapacidad total de los pueblos de Europa para decidir su futuro, ligados inevitablemente a las decisiones que la oligarquía toma en su propio beneficio. En nombre de la competencia y el libre mercado, los estados miembros de la UE son incapaces de recurrir a medidas económicas como el control de precios, las fluctuaciones de la divisa, e incluso el control de sus propios recursos naturales. Sectores industriales, agrícolas y pesqueros enteros han desaparecido en nombre de las &ldq uo;políticas comunitarias“.

En el caso del estado español, sectores estratégicos de la producción se han perdido para favorecer la competencia y la competitividad europeas, y una gran parte de los recursos se han trasvasado a la especulación inmobiliaria y al sector servicios, a costa de la destrucción de gran parte del tejido industrial y productivo, con importantes consecuencias a nivel humano y ecológico, entre otros.

La soberanía de los pueblos es una quimera en el marco de la Unión Europea: las decisiones económicas se toman en Bruselas, las decisiones políticas se toman en Bruselas, la voluntad de los pueblos es negada e ignorada sistemáticamente, y los estados europeos envían tropas al extranjero para defender militarmente intereses “europeos“ ajenos, como es el caso de las tropas españolas en el Líbano.

Pero los gestores de estas políticas, los que deciden contra los intereses de la clase trabajadora y los pueblos, no están sólo en Bruselas. También están en Madrid, en París, en Londres y en Berlín; están allí donde se ejecutan las políticas decididas en los órganos de la UE. En el caso español, desde 1986 gran parte de las medidas legislativas adoptadas en el Congreso no son más que transposiciones de las directivas europeas, adaptaciones de la legislación española a las directrices emanadas del Consejo Europeo o de la Comisión Europea, y lo mismo ocurre con una gran parte de la normativa autonómica. Los pueblos ya no se gobiernan a sí mismos, ni siquiera bajo la máscara formalmente democrática del sistema parlamentario burgués. Para qué van a decidir los pueblos si ello puede contravenir los intereses oligárquicos.

La construcción de la Unión Europea tiene como fundamento la necesidad de facilitar el acceso a los mercados del capital monopolista, lo cual va acompañado por una serie de medidas superestructurales que tiñen de “democrático“ todo el proceso, que justifican la militarización creciente de la Unión Europea sobre la base de un hipotético contrapeso al poderío imperialista norteamericano, defendiendo un supuesto modelo “alternativo“ que pone el acento en las políticas sociales, pagadas con dinero público pero gestionadas y aprovechadas por entidades privadas.

Toda esta justificación ideológica es falsa, se basa en una mentira. Todo modelo capitalista de unificación económica y monetaria, todo proceso de fusión de capitales y mercados que se dé bajo los presupuestos ideológicos y económicos del capitalismo, conduce a la generación de intereses imperialistas. Ahí reside la mentira principal de la Unión Europea, los conflictos y las diferencias con los EEUU no son por el contrapeso de un modelo económico con otro, sino de dos potencias con la misma orientación y vocación imperialista, a saber, controlar al resto del mundo para beneficio de los monopolios vinculados a sus estados. Todo conflicto o disputa entre la UE y EEUU es expresión de una contradicción interimperialista subyacente, a veces más aguda pero siempre presente, puesto que los objetivos que persiguen son los mismos.


Es necesario que rompamos las cadenas que nos unen a la Unión Europea y al capitalismo.

Podemos afirmar que la Unión Europea tiene hoy cuatro grandes valedores: los grandes empresarios, los banqueros, las multinacionales y el sector militar industrial.

Podemos afirmar que la Unión Europea ataca directamente a los trabajadores y trabajadoras, la juventud estudiante, los pensionistas, los trabajadores del campo y el mar y los autónomos.

El conjunto de los sectores populares son OBJETIVAMENTE perjudicados por las políticas aprobadas por los órganos de la UE y aplicadas por cada uno de los Estados miembros, sean sus gobiernos socialdemócratas o conservadores.

Los trabajadores y los pueblos debemos librarnos del yugo doblemente explotador de las políticas europeas y estatales, coordinadas para el desarrollo de los intereses del capital frente a los intereses obreros y populares. Debemos librarnos de las cadenas que nos impone la Unión Europea.

Los y las comunistas del PCPE, junto con otros partidos comunistas y obreros hermanos de países de la UE, podemos analizar correctamente cuál es la naturaleza de la Unión Europea y la situación en la que se encuentran nuestros pueblos porque no conciliamos con el capitalismo. Hay otras organizaciones de izquierda, principalmente las fuerzas que componen el PIE, entre ellas Izquierda Unida, que hablan a menudo de “otra Europa“, de una serie de cambios en base a un supuesto “socialismo democrático“ que no son sino maquillajes que no ponen en duda la naturaleza de clase de las políticas emanadas de la UE.

La pérdida de la soberanía lleva aparejada la pérdida de la posibilidad de hacer políticas a favor del pueblo y la clase trabajadora. El abandono de las funciones estatales en la economía en beneficio de las políticas europeas de apertura de nuevos mercados al capital monopolista supone la pérdida de las herramientas que, a pesar de no utilizarse durante años, tenía el estado para mejorar las condiciones de vida y trabajo de sí misma, de la clase obrera y los sectores populares..

Por eso nuestra consigna principal es que hay que romper con las cadenas de la UE y el capitalismo, y que debemos romperlas planteando la alternativa de la soberanía y el socialismo. El socialismo es la única alternativa al imperialismo. El socialismo es la única salida que tienen los pueblos de Europa y la única posibilidad de cumplir sus aspiraciones de plena emancipación, de plena disposición de sus recursos y satisfacción de las necesidades de la mayoría. El ejercicio pleno de la soberanía, el verdadero derecho de autodeterminación de los pueblos, es el único camino para alcanzar esa salida socialista, organizándose cada pueblo de la manera que considere oportuna, desligándose de las organizaciones imperialistas y militaristas, así como de las políticas económicas que sólo benefician a unos pocos.

No hay otra alternativa para los trabajadores y los pueblos que el Socialismo. No hay socialismo sin el pleno ejercicio de la soberanía.


Rompe las cadenas
Frente a la Europa del Capital y la Guerra
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